Biggin Hill, el tercer aeropuerto privado más grande del Reino Unido, se muestra cautelosamente optimista, ya que la incertidumbre en torno al Brexit se prolonga hasta el 31 de octubre de 2019. El aeropuerto está experimentando un aumento de la actividad del nueve por ciento en comparación con el año pasado. Este aumento en el volumen, combinado con el hecho de que los aeropuertos privados más grandes de Gran Bretaña, Luton y Farnborough, están a reventar, muestra un fuerte apoyo de que la industria de la aviación ciertamente no está menguando al otro lado del charco.

Sin embargo, la inminente incertidumbre en torno al Brexit sigue obstaculizando el mercado. Las empresas siguen dudando de Londres como lugar de negocios, un reto evidente y una señal de que no todo va bien en la economía mundial. En un sector que se nutre de los negocios a escala mundial, las empresas de aviación del Reino Unido tienen derecho a estar preocupadas.

Antes del Brexit, el coste de hacer negocios en el Reino Unido era caro. Los elevados aranceles y los costes de las infraestructuras impedían el crecimiento. Va a ser fundamental para un Reino Unido post-Brexit hacerse competitivo con el resto del mundo. Las empresas están dispuestas a respaldar al Gobierno y continuar con su flujo de inversión internacional en Londres si se ponen en marcha las políticas adecuadas.

Para Biggin Hill, los gigantes de la fabricación Bombardier y Textron Aviation han encontrado un cómodo hogar entre sus pistas de rodaje, y una asociación con una escuela técnica local debería ayudar a suministrar la mano de obra cualificada necesaria para el crecimiento continuo. La creación de 300 nuevos puestos de trabajo es una señal prometedora.

Con otro retraso impuesto y sin un plan de salida claro a la vista, el Reino Unido ha estado firmando diligentemente acuerdos bilaterales de seguridad aérea para amortiguar el golpe en un escenario de Brexit duro. Sin embargo, a pesar de la incertidumbre, el sector de la aviación privada sigue prosperando.